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Trabajar en el Extranjero

Al culminar una carrera profesional, la gran mayoría de los jóvenes ya quiere trabajar o se encuentran realizando sus prácticas profesionales. En ambos casos, lo común es que sus actividades las desarrollan en su propio país. Los profesionales que anhelan adquirir experiencia laboral en el extranjero es realmente una cantidad mínima. Principalmente por lo económico, la demora en los trámites para el viaje y la falta de contactos o referencias.

Pero, además de esas tres razones, el problema principal se centra en la falta de información, respecto a las oportunidades laborales en el exterior para los profesionales o estudiantes universitarios. Si los jóvenes, en verdad, se interesan por esta oportunidad, entonces, buscarían toda la información necesaria en su centro de estudios, a través del Internet o en el Ministerio de Educación de su país.

El hecho es que conocerían todos los requisitos para trabajar en el extranjero. Principalmente ahora que al terminar la universidad, uno de los obstáculos para acceder a mejores trabajos es la falta de experiencia laboral. Por ello, trabajar en el extranjero sería una de las mejores experiencias y, regresando al país de origen, las empresas ya tendrían un mejor concepto de esas personas.

Incluyendo esa experiencia en el Currículum Vitae, este último sería tomado en cuenta por una mayor cantidad de empresas. Lo importante es que no es necesario culminar la universidad para acceder a esa oportunidad, hay algunas empresas que ofrecen esta posibilidad a los mejores estudiantes y permiten que puedan completar su formación académica también en el exterior.

El acceso a estos programas laborales requiere de una serie de exigencias. En principio, tener una experiencia laboral menor a dos años. Si los estudiantes no han trabajado formalmente, en ese caso, las prácticas profesionales o participación en programas de voluntariado y afines, es realmente importante. Asimismo, dominar el idioma del país al que se viaja, teniendo en cuenta que la mayoría de estos convenios es con países europeos.

Los profesionales deben tener potencial de crecimiento y adquirir un compromiso con la empresa que los contrata. Tienen la oportunidad de dedicarse a actividades específicas, dependiendo de la carrera que estudiaron. Los beneficios de este intercambio son para los profesionales y la organización. Los primeros tienen el privilegio de poner en práctica todos sus conocimientos en un país totalmente diferente al que crecieron y estudiaron.

Eso les permite tener una mirada más global de lo que implica el ámbito laboral. En el caso de las empresas, incorporan nuevos talentos e ideas a su organización. Son profesionales que recientemente han terminado de estudiar y, por lo tanto, pueden colaborar de forma más activa en el cumplimiento de los objetivos. Asimismo, si desarrollan en forma excelente sus responsabilidades, pueden continuar en la empresa en su país de origen.

Los estudiantes de hoy en día no deben esperar a terminar su carrera para recién buscar trabajo. Igualmente, no pueden limitarse a las ofertas laborales de su país. En un mercado tan competitivo como el de hoy en día, la experiencia de trabajar en el extranjero resulta fundamental para marcar la diferencia frente a otros profesionales.